“Temo que este artículo vaya contracorriente por dos motivos: porque el PNV es un partido nacionalista, exclusivamente vasco; y porque, en el caso de Cantabria, hay que tomar en consideración la competencia vecinal. Pero a mí el PNV me simpatiza por dos motivos: porque es el único partido verdaderamente democristiano que tenemos en España; y porque su ejecutoria prueba que la fórmula democristiana es la versión más eficiente de la socialdemocracia.
Y voy a empezar con el argumento más polémico, que ha sido un serio problema que los partidos gobernantes españoles tanto a escala nacional como autonómica no han hecho mella en el PNV salvo en casos aislados. Esto, a pesar de haber gobernado el País Vasco prácticamente durante el período democrático: 41 de los 44 años de gobierno autonómico. Esa vocación de servicio a su comunidad yo la achaco en primer lugar: a una sólida cultura Cristiana (lo que Weber llamaba “ética protestante”); pero a renglón seguido, a la proximidad entre gobierno y los distintos grupos de interés que componen su espectro social. El modelo de la democracia cristiana alemana ha estado muy presente en el País Vasco. Veamos.
Años setenta, el País Vasco era, junto con Cataluña, uno de los motores industriales de España. Bilbao, que por su proximidad a Cantabria, me resultaba más conocida, era la ciudad industrial por antonomasia, entonces en la decadencia; sus edificios, ennegrecidos por la fuerte polución atmosférica; hasta el agua de los charcos se veía Negra. El visitante de hoy no la hubiera reconocido. Su renovación urbanística sorprende a propios y extraños. No solo el Guggenheim, la ruinosa margen izquierda del Nervión es hoy un excelente paseo peatonal. Tras el museo, otros prestigiosos arquitectos internacionales, entre los que destaca el Valenciano Calatrava, renovaron el aeropuerto, diseñaron nuevos puentes, las estaciones del Metro. Alguna experiencia tengo sobre cómo cambiar la cultura de una vieja fábrica y sé que empieza por renovar el entorno: entrada, recepción, vestuarios, comedores, oficinas….
Eso es, precisamente, lo que el PNV ha hecho a escala urbana. También sé que para implementarse los cambios se necesita un Proyecto y una dirección comprometida con el mismo, sin oposición destructiva. El control del PNV sobre los tres niveles de gobierno -autonómico, provincial y municipal- ha sido fundamental para la exitosa Renovación del País Vasco tan fundamental como la ética profesional de sus políticos. La ausencia de estas dos condiciones hace que el proyecto no llegue a buen Puerto. Ejemplo: Andalucía.
Durante los últimos 40 años el PNV ha puesto en marcha una política industrial y de formación profesional con un nivel de eficacia envidiable. Sus empresas de siempre son ahora mucho más modernas y competitivas, aportando el 20% del PIB autonómico. Y a escala nacional, si incluimos Navarra en la ecuación, concentra el 80% de fabricación de maquinaria, el 50% de la industria del automóvil, y el 25% de la aeronáutica. El agrupamiento de muchos de los 300 fabricante de componentes automovilísticos, empresas familiares de tamaño mediano, forma parte de dicha política. La industria del automóvil, con la ayuda de la Diputación, ha creado su propio centro de investigación y desarrollo, aloja más de 30 empresas y tiene su propia academia de formación. El parque científico y tecnológico de Vizcaya agrupa a unas 200 compañías de alta tecnología y es una gran incubadora de nuevas empresas. La Formación Profesional, punto débil de nuestro país, funciona muy bien en Euskadi; para la industria del automóvil hay matriculados unos 25.000 alumnos, que combinan la docencia con la práctica laboral, gracias a la colaboración entre gobierno y la empresa privada.
Es obvio que el “concierto económico” del País Vasco y la generosa financiación del sector público tienen que ver con los citados resultados, pero es igualmente obvio que el PNV ha administrado los dineros públicos mejor que cualquier otra autonomía. Su maquinaria política es la más impresionante de toda España.
Aparte de Galicia, la otra nacionalidad histórica con monopolio partidista exitoso, solo hay un caso: Andalucía. Pero el Partido Socialista andaluz sería el contraejemplo del PNV. Con los socialistas se instaló en Andalucía la “cultura del pelotazo” y subsidios masivos al desempleo, en lugar de fomentar la creación de empresas y puestos de trabajo de calidad. Solo puedo imaginar lo que un PNV andaluz hubiera hecho con los abundantes recursos que llovieron en Andalucía durante todos esos años.
El modelo de éxito de la “España de las Autonomías” es sin duda el País Vasco. Lástima que la fatalidad haya querido que el PNV fuera un partido nacionalista partidario del “Estado Libre Asociado”, y con un cáncer llamado ETA. Lo cual le ha invalidado como posible modelo para el resto de España. Ahora bien, ello no debería impedir que el resto de las autonomías aprendiera las ejemplares lecciones de lo que el PNV ha logrado hacer en la suya.”
Las individualidades suman
La colectividad multiplica
Necesitamos su consentimiento para cargar las traducciones
Utilizamos un servicio de terceros para traducir el contenido del sitio web que puede recopilar datos sobre su actividad. Por favor revise los detalles en la política de privacidad y acepte el servicio para ver las traducciones.