EUZKADI DEBE MIRAR A EUROPA SIN COMPLEJOS                          

 

Ante las elecciones europeas del día 9 de junio, Euzkadi, los vascos de los siete territorios, no podemos olvidar que nuestro ser político sigue mirando a Europa. Por ello conviene echar la vista a atrás para comprobar esa vocación y ese largo camino que comenzaron nuestros mayores.

El Partido Nacionalista Vasco ya convocó el Aberri Eguna de 1933 con el lema “Euzkadi-Europa”, en tiempos en los que tal idea se reducía a ámbitos académicos, lo que se confirmaría en el emprendimiento posterior por nuestros representantes, liderados por Jose Antonio Agirre, de gran número de relaciones, desde la formación de la Liga Internacional de Amigos de los Vascos hasta los vínculos de todo tipo con partidos políticos, gobiernos democráticos e instituciones europeas emergentes.

44 años después, en 1977, EAJ-PNV, al elaborar su ponencia política, concebía una Europa, en cuyo desarrollo debía influir y participar también el pueblo vasco, como “unión de pueblos libres, con una base común de civilización y de cultura, libre en su ser político y diferencial, y unidos bajo un techo estructural común político y económico”. El documento doctrinal del nacionalismo democrático consolidaba la idea de que “en esa Europa de los Pueblos es donde hallará su realización la unidad política de los vascos y su libertad, en igualdad y solidaridad con los demás pueblos europeos, y con una estructura política propia surgida de la voluntad de todos los vascos”.

David Salinas-Armendariz

 

Las actuales elecciones al Parlamento Europeo siguen desprendiendo un localismo español evidente, comenzando por el mantenimiento de la circunscripción estatal única, abiertamente contraria al estado autonómico y descentralizado en el que se supone estamos, demanda que parece hemos aparcado los vascos. El propio debate electoral, centrado en las cuitas por el poder en Madrid, no nos debe hacer olvidar que hablamos del futuro de Europa, de su necesario papel ante los graves conflictos que asolan al mundo, singularmente la invasión rusa de Ucrania, en la misma Europa, y el genocidio cometido por Israel en Gaza, tan inaceptable como el terrorismo de Hamas que lo prendió.

Las reglas electorales vigentes nos deberían conducir a un entendimiento entre fuerzas que promuevan la idea de nación vasca en Europa, olvidando partidismos que reducen la potencialidad en su planteamiento, o al menos a la elección de aliados que trasladen la defensa de la plurinacionalidad del estado español en Europa, lo que no parece asegurado en esta ocasión. Tampoco se entiende el esconder las siglas propias de forma acomplejada y confusa. Estos y otros errores se pagan. Que la diosa Europa nos coja confesados. 

Las individualidades suman

La colectividad multiplica

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